El Ministerio de Salud reportó el primer caso de COVID-19 en Colombia el 6 de marzo. Desde esa fecha, se han tomado diferentes medidas de aislamiento social que incluyen desde el cierre de establecimientos, hasta la reducción de la capacidad operativa de sistemas de transporte público. Estas medidas han forzado cambios en los patrones de actividades y viajes que han evidenciado marcadas desigualdades asociadas a las características socioeconómicas de la población.
Los resultados se organizaron por grupos de ingreso, los cuales se agregaron a partir de los estratos socioeconómicos. En Colombia se implementó esta clasificación con el fin de establecer tarifas diferenciales a servicios públicos, entre otras cosas. Esta estratificación va del 1 al 6, donde el 1 corresponde a zonas donde vive la población de menores ingresos y el 6, a los de mayores recursos. Considerando la correlación positiva entre el estrato y el ingreso del hogar en estudios de transporte (Cantillo-García, Guzman, & Arellana, 2019), para este análisis, clasificamos la población en tres grupos: bajo, medio y alto, que corresponde a los estratos 1-2, 3-4 y 5-6, respectivamente.
De la muestra de 1,944 encuestas completas, el 51% fue respondida por mujeres y el 48% por hombres. El 77% de los encuestados tiene como ocupación principal trabajar (donde el 83% declara que labora en el sector formal), el 15% estudia y solo el 5% se dedica a labores del hogar. El 27% vive en zonas de bajo ingreso, mientras que el 56% y el 18% restantes en zonas de medio y alto ingreso, respectivamente.
En general, el 21% de los encuestados afirmó no poder realizar su actividad principal en casa. Este porcentaje no es igual para todos los grupos de ingreso. Cerca de la mitad de los encuestados de bajos ingresos declaró no realizar su actividad principal desde casa desde que se impusieron las medidas de confinamiento, mientras que, para los grupos de ingresos alto y medio, este porcentaje está entre 10% y 17%. Los trabajadores pertenecientes al grupo de bajos ingresos, tienden a emplearse en sectores intensivos en mano de obra y trabajo presencial (formal e informal) lo que impide que puedan realizar sus actividades productivas de manera remota. En muchos casos, aun cuando la labor puede hacerse de forma remota, las personas de este grupo tienden a tener menor disponibilidad de computadores y acceso estable a internet. Esto implica no sólo la exposición al riesgo de contagio para aquellos que pueden y necesitan continuar trabajando, sino también una gran posibilidad de pérdida de ingresos frente a la imposibilidad de continuar realizando sus actividades productivas
La medida del aislamiento preventivo obligatorio en Colombia ha causado cambios en los patrones de movilidad. El 53% de los encuestados que declaró viajar para realizar su actividad principal a pesar de la medida de aislamiento obligatorio, cambió su medio de transporte. Las personas del grupo de bajos ingresos fueron quienes menos cambiaron su medio de viaje (60%), tal vez porque cuentan con menos alternativas disponibles.
Al comparar los porcentajes de viajes antes del anuncio de la pandemia con el reportado durante la etapa de aislamiento obligatorio, encontramos que el porcentaje de viajes que se realiza en automóvil disminuyó en 15%. A pesar de lo anterior, existen diferencias marcadas entre grupos de ingresos. La proporción de viajes en automóvil aumentó 39% (1.39 en la figura) para el grupo de mayores ingresos, mientras que disminuyó en 65% para el grupo de bajo ingreso. Un efecto similar ocurrió con la motocicleta. En general, los viajes a pie aumentaron 48%. Los incrementos en las proporciones de viajes caminando son más notorios para los grupos de ingreso medio y bajo. Los anteriores resultados sugieren que las personas recurrieron principalmente a los medios de transporte individual durante el periodo de aislamiento. El porcentaje de uso del automóvil y la motocicleta aumentó en el grupo de ingreso alto, mientras que la caminata se posicionó como el medio de transporte más importante para los grupos de ingresos medio y bajo durante la pandemia.
Los tiempos y costos de viaje que experimentan las personas que no pueden quedarse en casa durante esta cuarentena también se vieron influenciados por las medidas adoptadas. En general, el 61% de los viajeros reportó disminuciones en su tiempo de viaje, seguramente por la menor congestión en las ciudades. Nuevamente, existen diferencias entre grupos de ingreso. El 72% del grupo de mayor ingreso reportó una disminución en su tiempo, en contraste con el 54% que también lo reportó dentro del grupo de menor ingreso. Por otra parte, el 6% de las personas dentro del grupo de mayor ingreso y el 14% de las personas de bajo ingreso reportó que su tiempo de viaje aumentó. Lo anterior, puede deberse a la reducción de oferta de los servicios de transporte público, el cual impacta mayormente al grupo de menor ingreso.
En cuanto al costo de viaje, se presenta una situación similar. El 46% del grupo de alto ingreso afirma que el costo de su viaje disminuyó, mientras que el 21% del grupo de bajo ingreso afirma que sus costos de viaje aumentaron. Lo anterior, probablemente debido a la disminución de la oferta en algunas alternativas de transporte, lo que causa que las personas del grupo de bajos ingresos use un medio de transporte más costoso para llegar al lugar donde realiza su actividad principal.
Las medidas de aislamiento social no sólo han cambiado los patrones de movilidad, sino que han causado cambios en la distribución del tiempo destinado a las actividades cotidianas. Los tiempos dedicados a realizar la actividad principal no presentaron grandes variaciones entre los grupos de ingreso. En general, hay una percepción uniforme acerca de estos cambios: cerca de la tercera parte de los encuestados, ya sea si se trabaja en casa o fuera de ella, afirman que el tiempo dedicado a su actividad principal aumentó. Para otra tercera parte, este tiempo disminuyó. Para el resto, no tuvo cambios. Algo para resaltar en este caso, es que para los grupos de ingreso medio y alto, aumentó mucho más el tiempo dedicado a su actividad principal. Lo anterior es más evidente para aquellas personas que realizan su actividad desde casa, ya que el 40% de los grupos de ingreso alto y medio reportó un aumento en la duración de su actividad principal, en contraste con el 28% que lo hizo en el grupo de ingreso bajo. Además, en este grupo el 11% de los encuestados no realiza su actividad principal en esta coyuntura.
Al preguntar acerca de otras actividades, también encontramos diferencias de acuerdo al grupo de ingreso. Respecto a los hábitos de compra, el 90% de los encuestados reportó comprar regularmente víveres. La mayoría compra directamente en el establecimiento comercial, mientras que sólo el 7% acostumbra a realizar sus pedidos a domicilio. Durante la cuarentena, las compras por domicilio aumentaron 505%, respecto al nivel pre-pandemia. Los pedidos a domicilio en los grupos de alto y medio ingreso presentaron aumentos de 450% y 638%, respectivamente. En el grupo de bajos ingresos el aumento fue de 238%. Particularmente, sólo el 6% de este grupo declaró hacer sus comprar a domicilio antes de la etapa de aislamiento social.
Es importante resaltar el cambio en el medio de transporte reportado por aquellas personas que durante la cuarentena no hicieron sus compras a domicilio. En general, la proporción de viajes por este motivo que se realizó en automóvil aumentó en 17%, mientras que el porcentaje de viajes a pie subió 66%. Este resultado sugiere que la mayor parte de las compras de víveres durante la etapa de confinamiento se hace a distancias caminables, donde las tiendas y supermercados de barrio han tenido una gran importancia.
En cuanto a la actividad física y deporte, el 64% de los encuestados afirma realizar estas actividades de forma regular y fuera de casa (83%). Durante la cuarentena, se aprecia una dedicación menor a estas actividades, ya que el 55% de los encuestados afirmó que el tiempo dedicado a estas actividades disminuyó, e incluso el 12% reportó que no está realizando la actividad física usual.
Antes de la pandemia, el 92% de los encuestados declaró realizar actividades de ocio (reuniones sociales, leer, ver televisión, ir a cine, ir a restaurantes/bares), particularmente fuera de casa (73%). Durante la etapa de aislamiento, los resultados iniciales muestran que el 58% de los encuestados dedica menos tiempo a esta actividad, mientras que el 11% considera que no tuvo cambio alguno.
En cuanto a tiempo dedicado a la familia, un 14% declaró no destinar tiempo a esta actividad usualmente antes de la pandemia. Cabe destacar, que dentro de este grupo se encuentran algunas personas que viven solas. Durante la etapa de aislamiento obligatorio, como es de esperarse, el 68% de los encuestados afirma que su tiempo dedicado a esta actividad aumentó.
Al indagar sobre los cambios en los patrones de actividad que las personas esperan adoptar después del levantamiento de las medidas de confinamiento, se observa un mayor porcentaje de los encuestados en los grupos de ingreso medio y alto que afirman querer dedicar más tiempo al deporte y recreación (23% a 25%). La mayoría de los encuestados de bajo ingreso espera dedicar un mayor tiempo a trabajar cuando se supere la crisis (36%).
Respecto a los problemas ocasionados por la pandemia y las medidas de confinamiento, la mayoría de los encuestados reportó problemas económicos, aislamiento de la familia y los amigos, y problemas de salud mental y física como los más recurrentes. La nube de palabras resume los problemas más frecuentes considerando las respuestas de los participantes del estudio.
Por otra parte, las personas que pertenecen al grupo de bajos ingresos declararon sentirse más afectados económicamente por la pandemia que aquellos de nivel medio y alto. Como se observa en la figura, considerando una escala de 1 a 5, en la que 1 representa una afectación muy baja y 5 una afectación muy alta, cerca del 70% de los encuestados del grupo de ingreso bajo, estiman que el efecto de la pandemia sobre su situación económica ha sido alto (puntaje de 4 o más). En contraste, para los grupos de alto y medio ingreso, este porcentaje es cercano al 46% y 50%, respectivamente.
Las percepciones respecto a la satisfacción de los encuestados con la distribución actual de su tiempo en diferentes actividades también sugieren diferencias entre grupos. Los encuestados de alto y bajo ingreso muestran el mismo nivel de satisfacción con su distribución actual de tiempo (48%). El porcentaje más alto de encuestados insatisfechos con la distribución de su tiempo durante el aislamiento obligatorio está en el grupo medio con 44%. El menor nivel de insatisfacción con el uso del tiempo en cuarentena se observa en el grupo bajo (40%).
Un indicador de los retos que la coyuntura actual ha traído a los hogares colombianos es el aprendizaje de nuevas tecnologías. 74% de todos los encuestados afirma estar de acuerdo con que la pandemia les obligó a aprender y a utilizar nuevas tecnologías. Los encuestados de ingresos medio y alto no presentan diferencias considerables en este aspecto. En el grupo de bajo ingreso, 79% de los encuestados afirmaron verse obligados a aprender nuevas tecnologías.
Como se ha visto, estos primeros resultados han arrojado datos interesantes acerca de los cambios en las actividades cotidianas y movilidad de los colombianos. Por ejemplo, para actividades relacionadas con compra de víveres, la mayoría de los encuestados hacen esta actividad a pie, lo que implica que van a mercados locales. También es claro que, durante esta etapa de aislamiento obligatorio, las desigualdades existentes en nuestro país se han acentuado. Las diferencias acerca de la posibilidad de desempeñar su actividad principal, ya sea trabajar o estudiar, dependen en gran medida al nivel de ingreso de las personas. Al pertenecer al grupo de ingreso alto, hay mucha más probabilidad de tener la oportunidad de desempeñar su actividad de forma remota y de tener los medios necesarios (computador, internet de banda ancha) para poder realizarla satisfactoriamente. Además, las personas de ingreso alto aumentaron el tiempo dedicado a su actividad principal. Durante el aislamiento, el 42% de los trabajadores del grupo de bajo ingreso, trabajaron menos tiempo, independientemente si lo hacían dentro o fuera de casa.
Los resultados también muestran que a pesar de que la oferta del transporte público urbano ha disminuido, el uso de este medio aumentó por parte de las personas del grupo de bajo ingreso. Este grupo tiene menos alternativas para movilizarse, ya que solo el 40% cambió, o pudo cambiar, de su forma de movilizarse. Los cambios observados en tiempos y costos de viaje también son más desfavorables para este grupo.
Finalmente, esta investigación se ha expandido a varios países de la región a través de la colaboración con otros investigadores en universidades asociadas a INTALInC LAC y con el apoyo del Centro los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina (CODS). A continuación, están los vínculos para los países donde seguimos recolectando información.
Colombia
Ecuador
Perú
Uruguay
Brasil
México
El equipo quiere agradecer de manera especial a Charly Cepeda de la Universidad de los Andes por su apoyo en la implementación de la encuesta en Maptionnaire, a Orlando Sabogal de INTALInC por su apoyo con la producción de figuras y el diseño de la página web, a la Development Planning Unit de UCL por facilitar el uso de la licencia de Maptionnaire, a los colegas de INTALInC, Transmilenio, Transmetro, Transcaribe y Megabús por su apoyo en la distribución de la encuesta y al CODES por su apoyo en la promoción del estudio y diseminación de la encuesta y resultados.
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